Commotion.
Creedence Clearwater Revival. Humo. Todos mis poemas están cubiertos
por el humo. Lo aspiro por la boca y la nariz y recorre mis pulmones.
Unos pulmones que con el paso de los años se han vestido de negro.
Bajo esta piel que siempre les ocultó la luz. Visten el negro del
lugar en el que habitan. El negro grueso. El negro indescifrable. El
negro caja de Schrödinger. Tombstone Shadow. Creedence Clearwater
Revival. Abro una botella y absorbo el electrizante liquido que
contiene. Es el pacharán que en otro tiempo me mantuvo despierto
noches enteras. Noches que como ésta me absorbían a mi mismo en la
lectura. Una lectura descontrolada que me temblaba en la boca y me
desorbitaba las liendres de los ojos. No recuerdo haber sentido mayor
calma que esta en mucho tiempo. Lodi. Creedence Clearwater Revival.
Pizarnik en el pecho. Extracción de la piedra de locura. Cuantás
veces sobre ese lecho. Cuantás veces sobre ese peso. Cuantás veces
en mi como una cuna en la que arroparse y hacer gárgaras y no dormir
y ponerse violeta y no distinguir dos veces el mismo espejo. Cuantás
veces, me pregunto, pues alguna vez habré de caer detrás tuya y no
haber podido traer conmigo la luz que se esconde tras estos dientes
sangrientos, tras estos labios carnosos tan resquebrajados. Sinister
Purpose. Creedence Clearwater Revival. Observo las fotografías
pinchadas en el corcho. Sus rostros. La lejanía que me ha convertido
en el muchacho que no ha de rendirse jamás. En el tipo que dejó de
esconderse tras la estela, tras el aluvión de polvo que algún día
acabaría fundiéndose con la capa terrestre. Travelin’ band.
Creedence Clearwater Revival. Un cigarrillo más no me hará ningún
daño. My baby left me. Creedence Clearwater Revival. Decir mañana
es decir de nuevo. De nuevo, luz. De nuevo, escribir “los modelos
tradicionales de género enquistados por un proceso de
socialización”. De nuevo, el café. De nuevo, conversaciones de
Whastapp. De nuevo, tú en tu puesto de trabajo no remunerado. De
nuevo, sartén. De nuevo, prensa online. De nuevo, Mariano Rajoy. De
nuevo, el viento. De nuevo, spotify. De nuevo, tus manos bajo el
agua. De nuevo, el gesto de posicionarse correctamente las gafas que
han decidido deslizarse por tu nariz. De nuevo, el humo en tus
pulmones. I heard it through the grapevine. Creedence Clearwater
Revival. Mirar al horizonte significa mirar la estepa. Mirar la caída
del sol que es incapaz de caer rotundamente. Mirar los labios que
dicen: Rimbaud está muerto, Rimbaud está muerto y Bolaño también,
la carretera que está tras sus pasos es un páramo muerto e
inhóspito y has de dormir pues el horizonte es un tipo risueño en
la estepa. El horizonte es un tipo risueño mirando la caída del sol
que es incapaz de caer rotundamente.
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