martes, 6 de diciembre de 2016

Creedence Clearwater Revival




Commotion. Creedence Clearwater Revival. Humo. Todos mis poemas están cubiertos por el humo. Lo aspiro por la boca y la nariz y recorre mis pulmones. Unos pulmones que con el paso de los años se han vestido de negro. Bajo esta piel que siempre les ocultó la luz. Visten el negro del lugar en el que habitan. El negro grueso. El negro indescifrable. El negro caja de Schrödinger. Tombstone Shadow. Creedence Clearwater Revival. Abro una botella y absorbo el electrizante liquido que contiene. Es el pacharán que en otro tiempo me mantuvo despierto noches enteras. Noches que como ésta me absorbían a mi mismo en la lectura. Una lectura descontrolada que me temblaba en la boca y me desorbitaba las liendres de los ojos. No recuerdo haber sentido mayor calma que esta en mucho tiempo. Lodi. Creedence Clearwater Revival. Pizarnik en el pecho. Extracción de la piedra de locura. Cuantás veces sobre ese lecho. Cuantás veces sobre ese peso. Cuantás veces en mi como una cuna en la que arroparse y hacer gárgaras y no dormir y ponerse violeta y no distinguir dos veces el mismo espejo. Cuantás veces, me pregunto, pues alguna vez habré de caer detrás tuya y no haber podido traer conmigo la luz que se esconde tras estos dientes sangrientos, tras estos labios carnosos tan resquebrajados. Sinister Purpose. Creedence Clearwater Revival. Observo las fotografías pinchadas en el corcho. Sus rostros. La lejanía que me ha convertido en el muchacho que no ha de rendirse jamás. En el tipo que dejó de esconderse tras la estela, tras el aluvión de polvo que algún día acabaría fundiéndose con la capa terrestre. Travelin’ band. Creedence Clearwater Revival. Un cigarrillo más no me hará ningún daño. My baby left me. Creedence Clearwater Revival. Decir mañana es decir de nuevo. De nuevo, luz. De nuevo, escribir “los modelos tradicionales de género enquistados por un proceso de socialización”. De nuevo, el café. De nuevo, conversaciones de Whastapp. De nuevo, tú en tu puesto de trabajo no remunerado. De nuevo, sartén. De nuevo, prensa online. De nuevo, Mariano Rajoy. De nuevo, el viento. De nuevo, spotify. De nuevo, tus manos bajo el agua. De nuevo, el gesto de posicionarse correctamente las gafas que han decidido deslizarse por tu nariz. De nuevo, el humo en tus pulmones. I heard it through the grapevine. Creedence Clearwater Revival. Mirar al horizonte significa mirar la estepa. Mirar la caída del sol que es incapaz de caer rotundamente. Mirar los labios que dicen: Rimbaud está muerto, Rimbaud está muerto y Bolaño también, la carretera que está tras sus pasos es un páramo muerto e inhóspito y has de dormir pues el horizonte es un tipo risueño en la estepa. El horizonte es un tipo risueño mirando la caída del sol que es incapaz de caer rotundamente.

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