domingo, 10 de noviembre de 2013

No escuches...

 
“No escuches las voces de los amigos muertos, Gaspar.
No escuches las voces de los desconocidos que murieron
en veloces atardeceres de ciudades extranjeras”
Roberto Bolaño.



Llueve. El aroma a café inunda la habitación.
Pienso en todas las noches y en lo lejos que quedan.
Cae fuerte y el viento golpea a los intrépidos transeúntes.
Llueve y tu pelo aparece aquí como un visión
o como una chimenea junto a la cual acurrucarse
mientras afuera llueve y los transeúntes levantan el vuelo.
Llueve aquí en Marsella, en la Rue Auphan
mientras enciendo un cigarrillo mirando al sur.


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